El mundo se detuvo
por un segundo
su aliento perduró
en el espejo
perturbado
la lluvia
caía gota
a gota
y la tierra
recibió sus golpes
con la más
pura ternura
masoquista
aquí y allá,
rítmicos
interminables.
En una exhalación
todo había terminado
y un brote se abrió paso,
huérfano y ajeno
a su historia de dolor.
martes, febrero 27
viernes, febrero 9
pandora también
en vaivenes
en susurros
en esos lugares
tan recónditos
que son
inalcanzables
en tropiezos
en delirios
en esos lugares
tan accesibles
que son
inimaginables
en libros
en espejos
t o d o
dentro mío
deja ya de joder con la pelota
encerrados
en sí mismos
y en otros
y en nadie
cubriéndose
negándose
tratando de ocultarlos
bajo una alfombra
como si fuesen
polvo
mugre
inmundicia
pero los trapitos
siempre
ven el
sol
en sí mismos
y en otros
y en nadie
cubriéndose
negándose
tratando de ocultarlos
bajo una alfombra
como si fuesen
polvo
mugre
inmundicia
pero los trapitos
siempre
ven el
sol
lunes, febrero 5
Canción de Hollywood
te juro que
mi alma
tembló
por un momento
con la idea
¡profana!
de no ver la hora
de no volver
del momento después
del dolor
de pernoctar
sin causas
sin ganas
sin
pude oír
el eco de
una lágrima
colmando vasos
mi alma
tembló
por un momento
con la idea
¡profana!
de no ver la hora
de no volver
del momento después
del dolor
de pernoctar
sin causas
sin ganas
sin
pude oír
el eco de
una lágrima
colmando vasos
hecha la ley, hecha la trampa
otra vez aquí
el hijo
pródigo
el que nunca
recibió
un no como
respuesta
a veces lo adivinó
en los ojos
de quienes
callaban
por miedo
indiferencia
y cansancio.
el hermano
era uno de ellos
no sabía él
que el hijo
pródigo
cargaba
en su espalda
sueños frustrados
y la envidia
los carcomía
por dentro
y es otra
historia tan
gastada
que no vale
la pena
gastarse
los dedos
en estas
aberraciones
diarias
fraternales
y eternas.
el hijo
pródigo
el que nunca
recibió
un no como
respuesta
a veces lo adivinó
en los ojos
de quienes
callaban
por miedo
indiferencia
y cansancio.
el hermano
era uno de ellos
no sabía él
que el hijo
pródigo
cargaba
en su espalda
sueños frustrados
y la envidia
los carcomía
por dentro
y es otra
historia tan
gastada
que no vale
la pena
gastarse
los dedos
en estas
aberraciones
diarias
fraternales
y eternas.
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